La villa de Lobera de Onsella se halla situada a 672 m de altitud, en la Val de Onsella, que se abre entre las estribaciones del Prepirineo, al norte de las Peñas de Santo Domingo, al oeste de la Sierra de Lucientes y al sur de la sierra de La Sarda. La localidad se asienta sobre la ribera izquierda del río Onsella, del que en tiempos recientes tomó su sobrenombre (pues hasta mitad de 1916, Real Decreto de 27 de Junio de 1916, era llamada simplemente Lobera). Se halla situada a 143 Km de la capital de la provincia, Zaragoza.
Su primera mención, con el nombre de «Lupera», aparece en la «Documentación medieval de Leire», con fecha 14 de febrero de 938. Según Ubieto Arteta, en noviembre de 1086 constituyó la dote de la reina Felicia, mujer de Sancho Ramírez de Aragón. Por entonces se le menciona «Luperam». En 1295 era del rey, y el 21 de abril de 1409, Martín I vendió Lobera a Ramón de Mur.
La villa se sitúa en el fondo del valle fluvial del Onsella, sobre una pequeña loma, estando su paisaje embellecido por la presencia de montes y hondonadas, así como por la abundante vegetación. En tiempos debió de ser zona de lobos, como parece indicar su nombre, derivado del latín luparia «terreno poblado de lobos; madriguera de lobos», aunque no puede descartarse por completo que guarde relación con la raíz prerromana lup «río».
El conjunto urbano aparece muy cuidado y está formado por calles angostas en cuyos edificios predomina la piedra, de modo que en sus construcciones mantienen notable tipismo. Invita a recorrer sus calles despacio y a contemplar sus rincones. En el perfil de la localidad, destaca la iglesia parroquial, consagrada a la Asunción. Es un edificio de piedra de sillería, con portada barroca. Su interior tiene planta de cruz latina, de una nave de orden dórico, con crucero y ábside poligonal. La nave se cubre por bóveda de cañón con lunetos, dividida en tres tramos por arcos fajones, y el crucero con cúpula circular de ladrillo sobre pechinas. A los pies se alza el coro sobre en tramado de madera.
La torre es esbelta, de planta cuadrada, con pilastras en el remate, y se alza en el lado de la epístola. Al parecer, hubo una iglesia anterior, gótica, sobre la que se edificó la actual a fines del siglo XVII. La mayoría de los retablos son del siglo XVI; destaca el mayor, todavía de estilo renacentista. Los dedicados a San Sebastián y San Roque y a San Ramón Nonato se adornan con sendos lienzos del siglo XVIII.
Además de la iglesia de la Asunción, cuenta con las ermitas de San Juan, San Marcos y San Miguel. Tan sólo permanece en pie la primera, a la que se va en romería el 24 de junio. Los actos comienzan a las doce de la noche del día 23. Se rompe el tronco de un roble, pasando a un niño herniado por la ruptura del árbol a la vez que se dice Tómalo, Juan; dámelo Pedro, herniado te lo doy, sano te lo devuelvo. Estas palabras se repiten tres veces. Una vez restañado el corte del árbol, si no se seca curará el herniado.
Por el término municipal discurren, además de las aguas del río Onsella, las de los arroyos de Regatillos y de San Martín, utilizadas para regar los huertos familiares. Existen interesantes yacimientos arqueológicos, localizados en las partidas de Corral Mayayo, Corral Solano
Bajo y Solano Mayayo. Parte de los materiales allí encontrados están depositados en la «Colección Labayen Galván» y en el museo de Pamplona. Se trata de restos de talleres de sílex y de tallas, de difícil datación, pero pertenecientes al neolítico tardío y a la Edad del Bronce.
Otros datos:
Gentilicio: loberano / Apodo: lobos
Nombres con los que se ha documentado: Lupera, Lobera, Lopera, Loperam, Luparia. Fecha de la primera mención: año 938
ENLACES DE INTERÉS:
http://www.loberadeonsella.es/